Más allá del imponente campus que IBM tiene en Guadalajara –con diez grandes proyectos funcionando— y la hermosa arquitectura colonial de la ciudad, lo que más impresión me produjo de cuanto encontré en tierras tapatías fueron los mercados. Quizás alguien de México al leer este post se sonría y piense que peco de ingenuo al exaltar los tradicionales mercados, pero después de leer mi punto de vista estoy seguro que al menos entenderá mis razones.

Los mercados en México son sin duda una gran experiencia. Muy parecidos a los llamados “mercados libres” en Venezuela, tienen su origen en los mercados de pueblos españoles y ofrecen todo tipo de víveres y objetos. En un pequeño mercado cerca de la catedral pude observar ropa, recuerdos, hierbas, carnes y electrodomésticos compartiendo con pociones y objetos religiosos. Pero quizás lo más impresionante fue entrar en el Mercado San Juan de Dios, que supera en tamaño a cualquier otro mercado que haya visto por cinco o seis veces. Pero entre ambos mercados, a pocos metros de la catedral, se encuentra otro mercado, para mi más interesante: La plaza Tecnológica.

Los mercados de tecnología son un fenómeno muy común en algunos países, mientras que en otros ni siquiera existen. Estos mercados, conformados por multitudes de pequeñas tiendas, favorecen la iniciativa privada, y habilitan a los pequeños empresarios para realizar negocios de manera mucho más efectiva.

En estos mercados, al igual que en los que he conocido en China y Taiwán, se consigue de todo, a los mas variados precios. Memorias baratas, celulares, discos duros y hasta portátiles están disponibles en marcas conocidas y tradicionales, así como en marcas de poca difusión e imitaciones. En este mercado, la oferta de monitores LCD y memorias USB, se alterna con la de celulares, cables conectores y hasta ofertas para desbloquear el iPhone en 10 minutos, mientras se espera.

Pero el mercado de Tecnología, así como los mercados de la antigüedad, actúa también como un medio de transmisión de conocimientos. Los visitantes, por el simple hecho de estar allí se asoman a la nueva tecnología con la misma efectividad –o quizás aún mayor—de revistas y medios especializados. Ante la demanda de un consumidor por una memoria para su celular, los amables dependientes le informan sobre algunos accesorios que quizás no conozca. Cargadores solares, cables de conexión a la PC y hasta programas para el celular le son ofrecidos, ampliando la conciencia del usuario acerca de las capacidades con que cuenta su dispositivo.

Y son estos mercados los responsables, al menos en parte, del crecimiento de la penetración de la tecnología en estos países. Algo que hace posible el seguir hablandodeti.