Esta fue quizás la única frase que falto en el intercambio de palabras entre el piloto de un vuelo de Qantas entre Melbourne y Sidney, en Australia, y de un hombre de negocios que se rehúso a apagar su portátil. (http://www.news.com.au/heraldsun/story/0,21985,24295966-661,00.html)

La historia termino con las fuerzas antiterroristas escoltando al sujeto hasta un lugar seguro, donde fue liberado después de un amplio chequeo de seguridad, aunque algunos dicen que aún está sujeto a la aplicación de una multa de hasta US $2.750.

Y aunque todos estén en contra del hombre en cuestión, créanme que yo lo comprendo. Últimamente me ha tocado trabajar en todos los vuelos que he tomado y a veces se vuelve frustrante el tener una idea genial y empezar a desarrollarla justo cuando una voz completamente apática te dice por los altavoces del avión que llegaremos en 20 minutos al destino y que debemos apagar los aparatos electrónicos. Después de ver el capitulo de los Cazadores de Mitos del Discovery Channel, y percatarme de los esfuerzos que ellos tuvieron que hacer para interferir en los controles del avión, uno se pregunta que está detrás de todo esto.

Y es que las compañías aéreas te pueden llevar hasta detenido, como en el caso referido, si prendes la opción de red wireless de tu laptop –al menos formalmente. No importa que contigo viaje un amigo o compañero de trabajo con el que quieras compartir un archivo, al menos en el papel, es ilegal hacerlo vía wireless. Sin embargo las aerolíneas después vienen y te sorprenden ofreciendo conexión inalámbrica en algunos de sus viajes—algo que por supuesto usa las “peligrosas” capacidades de wireless de tu portátil.

Quizás si se removieran algunas restricciones superfluas y se explican mejor las que son necesarias podríamos viajar mejor en los aviones, perdiendo menos tiempo e incluso hablandodeti vía wireless.