El sábado –mientras esperaba en Miami mi vuelo de regreso a casa desde el Oracle Open World—me entretuve montando un par de post en mi blog, revisando correo y comiendo algunos de los vegetales que ofrece el Admirals Club con salsas de marca Newmans Own, cuando leí la triste noticia de que Paul Newman había fallecido.

Precisamente la salsa que estaba usando para aderezar los pedacitos de céleri, es para mi la mayor obra de Newman, por encima de sus premios Oscar, y de su gran filmografía. El sobrecito de salsa “Blue Ranch” reza en la parte de atrás que todos los beneficios, después de cubrir costos y pagar impuestos, van directamente a instituciones de caridad e instituciones educativas. La leyenda del sobre reza que esta fundación ha contribuido con más de 200 millones de dólares a estas causas, pero un vistazo rápido al sitio web de la organización (http://www.newmansown.com/) muestra que la cifra ya supera los 250 millones. Es sin duda un legado más importante que el que pueden haber dejado Butch Cassidy and the Sundance Kid, o El Golpe.

Desde este humilde blog, vaya nuestro más sincero reconocimiento a alguien que ha sabido trascender más allá de su carrera, para bien de muchos. ¡Bravo por Newman!