Se vuelve costumbre ya. Cada vez que Apple renueva sus productos, fija el estándar más arriba, más lejos.

 

¡Aja, quiten esa cara de incrédulos y dejen de pensar en mí como un fanático! Hagamos un ejercicio juntos. Pensemos que portátil de consumidor, no profesional, puede ofrecer el rendimiento gráfico del nuevo MacBook, eso si: por el mismo precio o menos. Tic, tac. Tic, tac. Okey, ahora anote en un papel la marca, modelo y precio. Ubique en la lista donde quedaría el MacBook y entenderá de que le hablo. Súmele a eso un atractivo case de aluminio –aceptemos que el case blanco plástico como el de mi MacBook es lindo pero no se compara al acabado del aluminio— un peso más que aceptable y una buena pantalla.

 

Si aún esta con cara de asco, porque es fanático de Windows, le comento que la mejor máquina para correr Windows Vista que yo he probado –y miren que he probado varias—es realmente mi MacBook blanca, con sus 3GB de Memoria DDR2. Así que imagínese que se podrá hacer con el mismo procesador, pero con memoria DDR3, bus frontal de más de 1GHz de velocidad y tarjeta gráfica NVIDIA GeForce 9400M capaz de transferir hasta 21GB  de memoria por segundo y ¡con 16 núcleos de procesamiento paralelo!

 

Aunque el procesador es más lento que el que tenía su predecesor, el aumento de velocidad en la tarjeta gráfica, en el bus de memoria y en la propia memoria deben compensar esta baja que estoy seguro es temporal.

 

El principal atributo del diseño de esta nueva línea –más allá de que la armazón esta hecha de un solo bloque de aluminio—es la reducida tarjeta madre con sólo dos chips: el CPU y el GPU o procesador gráfico.

 

Definitivamente que hablar de Apple es estar hablandodeti.