blackberry_curve_8900El Blackberry de RIM ejerce una fascinación entre sus usuarios que sólo puede compararse con la que ejercen las computadoras Mac. Sin embargo esta fascinación por el BB va más allá e incluso existe un buen grupo de usuarios de BB que son fanáticos de Apple y no tienen un iPhone. Interesante, ¿no? Incluso algunos de los colegas que más respeto en el mundo del periodismo tecnológico me han comentado cosas cómo: “el que tiene un BB, no puede volver a usar otro teléfono.”
En estos días –y aprovechando que me encontraba en un evento dedicado a los BB– he estado buscando la razón de dicha atracción.
Sin duda se trata de una pieza de hardware maravillosa. Pero en realidad hoy día hay muchos otros teléfonos magníficos, y algunos de ellos cuestan apenas una fracción. Windows Mobile, Symbian y los otros sistemas operativos permiten trabajar con archivos de Office sin problema. Todos se pueden sincronizar con PCs y soportan algún tipo de mensajería instantánea. Así que la fijación de los usuarios está inspirada por algo más.
Aún no logro hallar la respuesta absoluta, pero si he podido aislar algunos componentes que ayudan a este sentimiento de parte del usuario.
Primero está la interfaz BB. La verdad es que en un principio me pareció que la interfaz de mi Javelin era mala, lo cual justifico en base a los menús de segunda línea que están en solo texto y la configuración tan complicada. Pero al verlo mejor –y sin cambiar mi parecer de que es una interfaz mal lograda en algunos aspectos—el uso del trackball y la forma del dispositivo permiten manejarlo con una sola mano, algo que no puede hacerse con un iPhone, por ejemplo.
La mensajería instantánea de BB –en segundo lugar—es increíblemente funcional, y permite generar un sentido de pertenencia a un grupo exclusivo.
Otro factor importante es el bajo número de modelos disponibles y la posibilidad de mantener los equipos actuales por un largo periodo, algo que permite a los usuarios una sensación de estabilidad que otras plataformas no –y eso me recuerda a las Mac, aunque no al iPhone. De hecho el iPhone se parece más al iPod –con su atracción por diseño—que a la Mac.
Por último no hay que olvidar que el Blackbery, al igual que el iPod y el iPhone, se convirtieron en una señal clara de status. Tener uno de estos teléfonos es un paso importante para la imagen de cualquiera.
Eso sí, detrás del BB, hay una gran cantidad de desarrollos interesantes, de aplicaciones importantes, de conceptos de seguridad y un diseño y construcción de primera que ayudan a que los usuarios sientan un intangible muy importante, algo que Apple ha sabido aprovechar por años y que RIM le disputa en el área de teléfonos.
¿Ha pensado alguna vez que entre los millones de mensajes y bytes transmitidos a los BB, en más de uno de ellos está hablandodeti? No puedo negar que me gusta como se ve mi blog en la pantalla de ese teléfono.