jacksonRecuerdo haber leído una mini biografía de Einstein en la cual se contaba que había sido expulsado – o al menos maltratado—en su patria natal, Alemania, en su juventud por que tardaba mucho en dar sus respuestas. Y es que al joven genio le gustaba analizar los problemas y dar una respuesta segura. Y todo este asunto de TMZ y la muerte de Jackson me hizo recordarme de esa anécdota.
Mientras me encontraba en Dubrovnik, en un encuentro de analistas de virus de la empresa Kaspersky, me enteré de la muerte de Jackson, no por la TV o la prensa digital, sino por un mensaje que leí en twitter al momento de entrar para revisar mi cuenta en este servicio.
Empecé a buscar información y empezó a aparecer algo en CNN.com, BBC.com y el sitio web de Los Ángeles Times. Todos hacían referían a la página TMZ como el iniciador de todo el “rumor” en que para ese momento estaba envuelta la muerte de Jackson, que sería confirmada sólo horas después. La posición de los medios tradicionales era de total cautela, sólo informaban lo que habían podido comprobar: que Jackson había sido trasladado al hospital.
Hoy leo en la versión impresa de El Mundo –diario español—la gran hazaña de TMZ, de declarar a Michael Jackson muerto, seis minutos antes de que un juez hiciera lo propio de manera legal. Las siglas TMZ provienen de Thirty mile zone o la zona de las treinta millas, como se le conoce popularmente a la zona de Hollywood donde gran cantidad de estrellas del espectáculo tienen su residencia. El proyecto, respaldado por TimeWarner, cuenta con relaciones tan estrechas con la policía del lugar, así como médicos, bomberos y oros, que muchos los han acusado de pagar sobornos y premios por la obtención de la información.
Llama la atención la comparación entre la actitud de los medios alternativos, el sitio web TMZ.com y los usuarios de twitter. Mientras los medios tradicionales en sus versiones digitales conservaron la prudencia que marca la ética, TMZ –quizás con información segura— mantenía que Jackson se había ido a cantar al más allá y como resulto cierto, es poco lo que se puede decir aquí.
Pero los usuarios de twitter son otro caso. Sin ningún dato de primera mano, haciendo interpretaciones de lo que decían los diferentes medios electrónicos, armando conjeturas basadas en instinto y morbo, daban por hecho la muerte del cantante y el morbo crecia como una bola de nieve rodando montaña abajo. Si bien twitter me permitió enterarme de que algo pasaba con Jackson, no veo con buenos ojos que un usuario cualquiera proclame muerto a un ícono desde cualquier pueblito de Latinoamérica. Y muchos menos si son miles los que lo hacen. Por detrás de la motivación estaba figurar entre los primeros en decir algo, el orgullo de ser el más rápido, alimentado con la confianza de que si algo salía mal, nadie se acordaría de reclamarles. Esa es, a mi modo de ver, la espina en la ata del león del periodismo ciudadano y ya hemos vivido algunos ejemplos importantes, y si no lo creen busquen en su motor de búsquedas preferido a ver si averiguan cuantos fraudes de ese estilo ha habido, incluyendo uno en una sección importante de un gran medio periodístico, llamada iReport si no me recuerdo mal, que llegó a tumbar las acciones en la bolsa de una compañía de tecnología.
Por eso es que yo en mi blog –y en cualquier otra parte donde escriba– prefiero mantenerme apegado al principio básico del periodismo de “ante la duda: abstenerse”. Allá aquellos que prefieren dar una noticia a realizar un servicio, que prefieran la velocidad a la veracidad.
Quiero que siempre que estén habalandodeti, estén diciendo cosas ciertas.