Cuidado con su facebook. Mida sus tweets, Revise las fotos que publica. Estos consejos que le hemos dado más de una vez desde estas páginas, le hubieran servido de mucho a Maxi Sopo, con cargos pendientes por fraude bancario. Lejos estaba de imaginar que a kilómetros del México donde vivía su exilio dorado, estaría un investigador federal de los Estados Unidos, armando de a poco el rompecabezas de la vida del perseguido, juntando las fotos, referencias y estatus que Sopo publicaba para sus amigos en la red.
Rastreando la lista pública de amigos de Sopo, el investigador llegó a dar con el paradero del estafador y logró que las autoridades mexicanas lo apresaran, poniendo fin al idílico paraíso en el que vivía, para recluirlo en una celda fría en espera de que culmine el proceso de extradición.
Sopo aprendió de la peor manera lo que muchos han aprendido al leerme: colocar información privada en las redes sociales puede permitir a otros que reconstruyan parte de la vida real de uno. Y es que no sólo los chicos malos están en las redes sociales a la caza de incautos. También hay investigadores de todo tipo que se nutren de estas redes para saber más sobre algunos sujetos en particular.
¿Ha pensado que en caso de necesitar una coartada sus tweets podrían revelar que estaba haciendo usted justo antes o después, inclusive en donde se encontraba? ¿O que su perfil de LinkedIn con datos de sus trabajos anteriores y habilidades podría servir para que le hagan una falsa oferta con el fin de localizarlo? Las posibilidades de explotar estas redes sociales son demasiado amplias, como para no detenerse a pensar un momento.
Por supuesto que se espera que el uso de los datos contenidos en los sitios de redes sociales por parte de las autoridades, se someta a las leyes que protegen los datos en la vida física, y aunque existen serias dudas de que esto sea siempre así, no se puede negar la tremenda utilidad que puede tener para los investigadores.
Es que en este mundo tan 2.0, hasta al hacer de detective virtual se puede estar también hablandodeti.