Recientemente se ha visto convertirse a la Internet en el peor enemigo de los que quieren coartar la libertad de expresión. China, Cuba, Corea del Norte entre otras han intentado regular Internet con cierto éxito, ya que los regimenes se establecieron desde mucho antes del surgimiento de la red de redes. Pero en otros países donde la Internet se estableció sin problemas, no es tan fácil lograr un control absoluto, como el que algunos gobiernos quisieran tener.

El caso más reciente ocurre en Egipto, donde se empezó con el bloqueo de Twitter, Facebook y YouTube, y hoy se presentó una curiosa avería en un cable de transporte de datos que ha dejado sin Internet al país. Al parecer el gobierno de turno está muy consciente del poder de las redes sociales y decidió cortar por lo sano –o mejor dicho cortar el cable—para evitar que los que protestan contra el régimen puedan usar la red para ponerse de acuerdo.

Pero esta no es la única demostración de lo “incómoda” que puede llegar a ser la Internet para los políticos. Obama decidió recibir preguntas hoy sobre su mandato en EUA vía YouTube y casi 140.000 cuestionamientos le llegaron por esta red, durante los 45 minutos de entrevista. Recibir ese número de preguntas –sin poder contestarlas—no debe ser muy agradable.

Tampoco Zuckerberg –creador de Facebook– se debe haber sentido cómodo cuando un hacker entró a su página de fans de FaceBook y publicó un estatus que enseguida hizo que muchos sospecharan que no era él mismo el que hablaba. En un momento en que Zuckerberg está intentando convencer al mundo sobre la seguridad de Facebook, un incidente así le debe haber causado ganas de “apagar” la Internet un rato, y no conectarla hasta que todo estuviera resuelto –pero el mundo real no es así de sencillo.

Estoy seguro de que cada uno de mis lectores le ha estorbado la Internet en un momento –o al menos conoce un caso de alguién al que sí le haya pasado– ya sea por que una ex novia subió a FaceBook una foto que no debía, o simplemente por que le envió a un destinatario equivocado un correo muy importante.

Así desde los gobiernos más abusivos, hasta los usuarios más sencillos, a todos la Internet nos ha estorbado en algún momento. A veces por lo que significa la red en sí misma y a veces porque pone a los demás a estar hablandodeti cuando menos se desea. Pero eso no es excusa para intentar acabar con ella. No se trata de «matar al mensajero» sino de actuar bien, evitando los reclamos que por ella nos llegan.