No se trata de que me haya mudado a la India –país que me muero por conocer– sino más bien el lugar en que he decidido laborar, conocido como SocialMedia. Y es que esto de las redes sociales me recuerda esas estadísticas que hay colgadas en algunas ciudades norteamericanas justo a la entrada: “Bienvenidos a Chicago, la ciudad de los vientos”, “Bienvenidos a Vacaville, el pueblo más grande entre San Francisco y Sacramento” o “Bienvenidos a Chattanooga, hogar del Chattanooga chu chú.” Si las redes Sociales fueran una ciudad de esas tendrían un letrero afuera que diría “Bienvenido a SocialMedia, el país de los gurús.”

Ahora bien, eso no necesariamente es bueno o malo, y me gustaría que la gente lo entienda de una vez. Cada vez que veo a alguien que se jacta de ser un gurú, o se mofa orgullosamente de no serlo, sé que estamos hablando del mismo tipo de personaje. Y es que aquellos que se precian tanto de ser los mejores pueden estar equivocados, así como aquellos que consideran que nadie puede ser bueno en esto, están equivocados –sí, así tajantemente.

El problema es como se mide esto. ¿Por logros? ¿Por conocimiento? ¿Por sentido común? A simple vista parece difícil decidir como se mide, y para definir mejores y peores, la métrica ayuda. Si hablamos de actores y comparamos a Stallone con Clint Eastwood, por nombrar a dos famosos del lado de la acción, los argumentos de lado y lado serán interminables, hasta que alguien saque a relucir los premios Oscar. Allí alguien puede decir que Stallone es el mejor por haber ganado como mejor Actor mientras que Eastwood no lo ha ganado, al tiempo que otros dirán que Eastwood tienen más nominaciones de mejor actor que Sly – 2 contra 1—y otros podrán repostar con que Stallone gano tres distinciones al mismo tiempo con Rocky –actor, película y guión original—a lo que seguramente responderán que Eastwood es uno de los pocos –sólo Warren Beatty y él—que han sido nominados dos veces como mejor actor y director. En fin, creo que la idea es clara, las estadísticas ayudan a veces, pero tampoco son absolutas.

Y esto es lo que pasa en el país de la SocialMedia. Hay buenos y malos, hay especialidades y además aplica el gusto personal.

Los que suelen tener destrezas técnicas descalifican a los que no los tienen. Los que tienen destrezas de mercadeo, desdeñan a los demás. Los que son buenos atrayendo followers, descalifican a los que tienen pocos seguidores. Y todos y cada uno usa algún tipo de estadística para apoyarse. Me acuerdo de la época de la universidad, cuando decíamos que existían: mentiritas, mentiras, mentirotas y estadísticas.

Ahora bien, ante esta realidad tan confusa, muchos me han preguntado como he osado mudarme –al menos laboralmente—al país de los gurús. Pues bien, la decisión no ha sido fácil. Ya antes de llegar algunos me han querido tildar de gurú inapropiadamente, cosa de la que me he defendido con algo de éxito. Pero aún así cada cosa buena que hago al respecto, o cada intento por crecer es tomada por muchos como acto de soberbia, por otros como un logro, y por otros más ecuánimes como parte de mi trabajo. Los errores igualmente son amplificados, desechados o perdonados dependiendo del enfoque.

Pero lo realmente importante es dejar de lado lo negativo y concentrarse en crecer. Si alguien se presenta a si mismo como gurú, estoy seguro de que puede dejarle una enseñaza a usted. Algo debe haber hecho para estar tan lleno de orgullo, y lo que conviene es prestarle atención a ver que se puede aprender. Y si no consigue nada, aún puede sacarle provecho, ¡así sea el aprender a tener humildad para no verse como el fulano gurú que tiene en frente!

Coincido con muchos en que esto es algo muy nuevo y difícilmente puede haber sabelotodos que actúen como enciclopedias. Pero eso no quita que algunos “naturales” tengan condiciones para el éxito –que a lo mejor no saben siquiera explicar. Me sobran ejemplos de esto alrededor. ¿quién puede dudar del manejo acertado de twitter que tiene mi querida @tutudominguez? ¿O de la gracia para escribir en blogs de mis apreciadas @mi_mo_to o @curiosa? ¿O las excelentes críticas de @sascanio en su blog de cine?¿O de la genial idea de Guy Kawasaki y su alltop.com? Por supuesto que hay decenas de buenos ejemplos más, y en esos es que vale la pena fijarse, y es por ellos, y por aprender de ellos que he realizado esta mudanza, al llamado país de los gurús. Espero que si alguien me encuentra por la calle y me dice “están hablandodeti” no sea por que alguien se hay empeñado en convertirme en gurú de cualquier cosa, sino más bien, por que cree que puede enseñarme algo o aprender algo de mí.

PS: está foto la tomé en China, en las calles de Shanghai, a un pobre limosnero, que sin embargo parece gurú de película de artes marciales. Seguramente que las apariencias pueden engañar, pero igual no me atrevería a presentarle batalla.