Desde 1914 y hasta 1971 el destino de IBM estuvo atado al rendimiento y las decisiones de sus dos primeros CEOs, padre e hijo, ambos de apellido Watson. Durante casi 60 años estos dos hombres marcaron el futuro de IBM como compañía de servicios y hardware para grandes corporaciones.

Hoy, casi un siglo más tarde, la empresa vuelve a depender de que un Watson tome decisiones acertadas, para que el futuro pueda ser acertado.

Pero el Watson de hoy no es familia de los otros dos, aunque si está relacionado. El Watson de hoy es confiado, le gusta aparecer en TV y es capaz de aprender de sus errores sobre la marcha. Además le gusta tomar decisiones, y de hecho es considerado como el rey mundial del Jeopardy, un concurso de TV muy popular en EE.UU. que enfrenta a los protagonistas a preguntas diversas, que deben responder usando sólo sus conocimientos y sus capacidades deductivas.

Watson, que en realidad es una supercomputadora a la que no sólo se le enseño a entender el lenguaje humano en su forma más libre, no estructurada. También es un sistema al que se le obligó a pensar y dar una respuesta a las preguntas que se le hagan, en tan sólo tres segundos.

Watson, que en realidad está constituido por una lógica que controla a noventa servidores interconectados, no sólo logró ganar el desafío del Jeopardy ante el público en la TV y compitiendo contra los dos mejores jugadores de toda la historia. Watson también es la esperanza de IBM para enfrentar el fenómeno de BigData –la gran explosión de datos a los que nos enfrentamos—para ayudar a sectores tan importantes como salud, banca y gobiernos. Un sistema capaz de pensar y tomar decisiones, que al mismo tiempo que monitorea cientos o miles de variables, capaz de aprender de sus errores, luce clave para industrias como la de salud.

La propuesta es alimentarlo con los registros electrónicos de los pacientes y as historias de diagnósticos de los hospitales, de manera que –un poco a la usanza de lo que hace el Doctor House en la TV, ayude a realizar diagnósticos tempranos, complicados, o en gran volumen en el caso de emergencias. Paradójicamente el personaje de House en TV está insirvo en Sherlock Holmes, cuyo gran compañero de vida fue el Dr. –en medicina— Watson.

Las aplicaciones en otras áreas, como por ejemplo educación, lucen prometedoras, al permitir detectar patrones de mal rendimiento, deficiencias en destrezas y mucho más desde muy temprano, y alertando no sólo al profesor, sino a todo el sistema educativo si fuera necesario.

Para los que quieran saber más d Watson, les recomiendo visitar la página de IBM al respecto.

Impresionante Watson, que tengas a medio mundo hablandodeti, por haber ganado un juego donde el humano era el rey.