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Desde que salió el iPhone, todos los teléfonos que apuntan en convertirse en el Rey de la categoría se autonombran como “el iPhone killer” o el asesino del iPhone.

Ayer Samsung lanzó su Galaxy S4 y podríamos estar en presencia del verdadero iPhone Killer, si nos basamos en el éxito de su predecesor, el Galaxy S III.

Al comprar el hardware número a número, el Galaxy S4 suena como si fuera más teléfono que el iPhone: Procesador de cuatro u ocho núcleos versus un dual core. Mayor densidad de píxeles en pantalla, igual memoria, pero expandible a más del doble en el Galaxy, pantalla más grande, pesos cercanos –aunque aquí aún gana el iPhone.

Pero en realidad la batalla se librará en el campo de la usabilidad, y Samsung está consciente de eso. La presentación de ayer quiso hacer énfasis en eso, si bien para muchos no lo logró a cabalidad. Los shows de Broadway quizás sobraron, pero Samsung tenía un objetivo único claro: demostrar que los usuarios pueden hacer más con un Galaxy S4 que con un iPhone.

En esta carrera a Samsung le falla algo: el sistema operativo. No es que Android no sea bueno, al contrario, me parece de lo mejor que hay. Pero Samsung no tiene control sobre el mismo, algo que Apple si tiene y aprovecha. Funcionalidades como el uso de las dos cámaras para grabar video simultáneamente, o la función de salud S Health, son increíbles, pero Samsung tiene dificultades para desplegarlas en modelos anteriores, como el S III. Apple normalmente hace un roll-out de algunas de las funcionalidades hacia sus modelos anteriores, y mantiene dos modelos en el mercado al mismo tiempo. Veremos que logra hacer Samsung al respecto. Pero también está el tema de los desarrolladores. Apple tiene una gran cantidad de ellos, que ganan un buen dinero. Samsung tiene pocos desarrolladores exclusivos, y muchos mediante el sistema operativo, pero que no necesariamente se sienten obligados a hacer programas exclusivos para Samsung –aunque tiene sentido al tener el grueso del mercado de teléfonos Android.

Las apps, las funcionalidades propias y la usabilidad del teléfono son la verdadera base que determinará si se convierte en un iPhone killer. Por el momento Samsung arranca con una gran desventaja: no contar con la red de tiendas de apple. La verdad es que es en las tiendas, especialmente en los EE.UU., en donde se define que teléfono –o tableta— prefieren los usuarios. Basta entrar a una Apple Store en cualquier lugar de EE.UU para encontrar un grupo de jóvenes, viejos, o personajes corrientes, tomando una clase de como usar el iPhone, conectarse a Internet o sincronizar con el iPad, entre otros temas. Los miembros del Bar de Genios, son capaces de resolver los problemas, y siempre con una sonrisa. Ese es quizás el mayor obstáculo a vencer por Samsung.

Mientras tanto, muchos de los millones de usuarios que tienen un Galaxy S III estarán dispuestos a cambiar al nuevo teléfono en el próximo año. Nuevos usuarios vendrán desde otras marcas. La dupla Galaxy S III y Galaxy S 4 será muy poderosa, y hasta le lanzamiento del próximo iPhone, debe dominar el mercado de EE.UU y probablemente el del mundo. Pero no deben dormirse en sus laureles. Esperaremos y veremos.

Espero pronto poder estar hablandodeti Samsung, y de tu buen rendimiento en el mercado de teléfonos, gracias a este lanzamiento. Pero de corazón espero que no mates al iPhone, ni este a ti, por qué sin competencia, los avances ocurren mucho más despacio.