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Hoy es el último día de existencia –soporte– de Windows XP el sistema operativo más exitoso de Microsoft. A partir de hoy los usuarios que se queden con el sistema se irán exponiendo cada vez más a las amenazas y riesgos. Puede que ante algún fallo crítico de seguridad haya alguna actualización, pero Microsoft no está obligado a nada. Algunas empresas de antivirus se han comprometido a suplir la falta de actualizaciones de Microsoft por algún tiempo, pero no todo puede corregirse desde el antivirus.

Windows 7, un sistema bastante estable, verá su muerte mucho antes que Windows XP. A partir de Octubre de este año, Microsoft pretende dejar de licenciar este sistema para obligar a los fabricantes a usar Windows 8. La estrategia, desde el punto de vista del fabricante, tiene sentido: obligar al mercado a ir al sistema más moderno y seguro. Pero los usuarios podrían pensar otra cosa. Algunos se resienten del cambio de Interfaz de Windows 8, corregido en parte con Windows 8.1. Otros se conduelen de los gastos que confrontan para reemplazar máquinas con Windows XP, a pesar de que Microsoft se haya empeñado en mostrar las cifras de ahorro que se obtienen al implementar Windows 8, principalmente debido a su seguridad mejorada.

Las últimas cifras antes del cese del soporte de Windows XP indicaban que al menos un 30% de las PC con Windows aún tienen instalada ese sistema –algunas de estas PC están siendo usadas en cajeros automáticos y otros dispositivos de importancia—y probablemente un gran porcentaje de estas máquinas no estén en capacidad de ejecutar Windows 8 al no llenar las características mínimas necesarias de hardware.

Y allí, en ese número importante de máquinas es donde se presenta una oprtunidad de oro para Linux, y especialmente para Ubuntu, al menos dentro de mi punto de vista. Grandes instalaciones de PCs en escuelas, universidades, ONGs y otras instituciones de presupuesto limitado se verán forzadas a migrar a Linux o quedar expuestas a los ataques de los cibercriminales. En pocos meses habrán surgido probablemente algunos “exploits” del día cero, que harán de Windows XP un sistema realmente obsoleto. Las empresas de seguridad harán lo que puedan, pero pronto no será rentable mantener la producción de software para el sistema.

Así que es un escenario completamente servido para que Linux aumente su participación de mercado, ya sea sustituyendo a Windows XP en puestos de trabajo que se continúan usando, o ya sea como forma de reciclar y reusar máquinas desincorporadas que fueron sustituidas por nuevas PCs con Windows 8.

Es así como seguiré hablandodeti Windows XP por un tiempo aún y espero también estar hablandodeti Linux por haber aprovechado este momento histórico al que gentilmente te ha llevado Microsoft.